Hoy fui a la consulta de mi querido dentista. Este profesional es uno de los que mejor me caen, ya que disfruto cada minuto de su trabajo. Es exquisito cuando saca la jeringa de la anestesia, o cuando se pone a taladrar sin cuartel dentro de mi territorio bucal. O cuando me mira con su cara de póker y dice: "Aaabra"
(léase lo anterior en tono hiper-irónico)
Naaa, viejo de porquería. Ahora se embarcó en un proyecto muy ambicioso: ponerme frenillos. Para eso tiene que sacarme un par de molares (T_T) y operarme el maxilar (aplicar cussssshillo, como dicen por ahí).
Esta semana la voy a pasar metido en consultas médicas y dentales, haciéndome exámenes y viendo a personajes de mala muerte.
Pero en fin... yo me lo busqué. Mi pasado me condena.
Todo sea por una sonrisa pepsodent...
Lo más terrible es que ahora ando medio resfriado.
Ya... pulmonía, resfrío, frenillos... que viene ahora?
Hepatitis? SIDA?
Por Dios, necesito un respiro
(necesito vacaciones)
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