Acaba de suspirar por última vez. El viernes ha muerto, y se está llevando la semana consigo.
Es extraño: la semana se me hizo eterna. Los días duran más, las noches son más largas; es como si las horas se tomaran su tiempo para pasar.
Y cuando uno quiere darse un respiro, la realidad te cae encima y te obliga a seguir.
Igual me tomé mi tiempo. La pregunta no era fácil de responder.
Fue la decisión correcta?
O sea, la señora me miró un poco irritada.
Y que más podía hacer?
Por Dios! Debía elegir a uno, entre 9 diferentes estilos de cafés!!
Expresso? Capuccino? Vanila? Capuccino Vanila Expresso?
Tenía que dudar, o no? Es mi derecho, está en la constitución. Un mundo de nuevos sabores desplegaba su plumaje ante mi inexperto paladar.
La señora estaba quieta, frente a la máquina, esperando por minutos las palabras mágicas, las pistas precisas para presionar el botón indicado.
Y yo, mudo.
Ya, si igual nos reimos harto.
A veces, un poco de indecisión se agradece.
Los hospitales tienen un exceso de seriedad casi enfermizo.
Friday, March 31, 2006
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