Monday, March 06, 2006

Midnight Carnival

Cuando cae la noche y dan ganas de ir a dormir, me acerco a la puerta de calle. Pestillo, cadena y llaves. Todo queda completamente cerrado. Luego del ritual, apago la luz de afuera.

Y suspiro aliviado porque, aunque suene fantástico, hacer algo tan simple me aterra.

Lo reconozco, es un temor bastante estúpido. Pero es que siempre pienso que hay un hombre en la calle, frente a mi puerta, esperando. En sus manos tiene una escopeta, y está atento a cualquier sonido revelador.

Cuando suenan las llaves... cuando corro el pestillo... cuando apago la luz... esos ruidos indiscretos me dejan al descubierto, a merced de un balazo extraño.

Un gran ruido en medio de la noche es suficiente. El chiste terminaría.

Adivinen...
Hay un Dios.

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