Ayer fue un día memorable.
Pero se me olvidó.
Ya basta. El profesor me tiene mala, me odia, o tiene algo contra mi cara de sueño. No pasa día sin que me rete o sin que me someta a una "public humillation".
Bueno, al final uno se acostumbra y...
Cómo? Qué estoy diciendo?
Al final todas iban a ser reinas?
Si, claro. Al final las palabras se las lleva el viento, pero ahora es distinto. Quedó una sensación exquisita, de esas que dan ganas de convertirlas en ricos pastelitos. Nadie te va a quitar lo aprendido, salvo alguna enfermedad desgraciada o algún accidente asesino.
Es eso? O no debí entrar al baño de mujeres?
No se vale, ellas tenían jabón.
2 comments:
wena Pablitar! sigue así con la mezcla ganadora de jugo y café, y no te dejes atormentar por los obstáculos :P
Loko!
Por fin un profe te pone en tu sitio.
Ya era hora que alguien te bajara los humitos de la cabeza.
jajaja
Disfruta y aprende de ese gran maestro.
Saludos!
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