Perra.
Perra, si.
Palabra ofensiva, soez, malhablada y violenta. Baja, ordinaria y agresiva. Pero en este caso, es el eslabón perfecto para despotricar ante un mundo que se ha movido.
Después de todo, del amor al odio hay un paso.
(para ser más exacto, cinco semanas).
Perra... las letras se deslizan por mi boca a medida que les imprimo un tono resentido y soez. No puedo dejar de sentir un cierto placer culposo a medida que satisfago esta oscura necesidad. La necesidad imperante de atenuar el dolor que domina mi mente, y así como un yonqui corre desesperado a tomar su dosis de polvo blanco, yo me transformo en un monstruo resentido y rencoroso en busca de alguna salida.
Pusha, se me olvida que tengo que olvidar, y aún así no logro desprenderme del todo.
Mmm... a que viene todo esto?
Nada... es que el viernes pasado llegó una perrita de dos meses a mi casa. Es chiquitita, negrita... si hasta parece peluche.
Ahora, cómo la voy a llamar?
3 comments:
Loko!
Se te calló la máscara.. acabas de mostrar tu faceta Stepken King al máximo.
De todas formas te salió genial.
Morí con el final.
cuidado con convertirte en un animal vengativo con sed de sangre
S. King... seee... no en vano fui (soy?) un fanático de sus libros.
Después de leer tanto de él, imposible no salir ileso.
Soñar, morir...
dormir?
Y volver a soñar.
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