Thursday, February 16, 2006

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Ayer me desperté con una cosa en la mente. Me persiguió durante todo el día y no me dejó descansar.

Interesante, no?

Tenía un sabor amargo en la boca. Luego miré al perro, que con sus ojos tristes (siempre tristes... debe ser algo en la comida) me habló telepáticamente:

"Acaso no te entristece saber que la vida es más que lo que somos? No te das cuenta que creciste muy rápido, y que ya no tienes nada en que creer?"

Tiene razón. Me entristece.

Pero no puedo andar por el mundo así. Como lo dijo alguien más ocioso que yo, ser hombre significa vivir a sabiendas del sino aciago que nos espera.

Y que era lo que me perseguía?
Nada pues... sólo tenía que poner un mensaje nuevo en este "web log".

Ahora puedo dormir tranquilo.

1 comment:

Sebastián said...

Morí con lo del perro.

Jajajaja..

Menos mal que escribiste... yo tb lo hice en el mio.

Saludos!